Los miércoles de Chinchilla vuelven cargados de buen humor y originalidad

Un año más, las representaciones conocidas como «Los Miercoles», han salido a las calles de Chinchilla de Montearagoón para abordar como todos los años temas de actualidad con ironia y humor. 

Desde la Diputación, se ha marcado este dia en el calendario provincial en nota de prensa llevado a cabo publicamente por el diputado de Cultura, Miguel Zamora. El responsable provincial de Cultura ha querido felicitar y valorar el trabajo que la asociación de hosteleria y el ayuntamiento realizan cada año para mejorar la economia y turismo de la ciudad.  De esta manera, se consigue presenciar la visita anual de mas de dos mil ciudadanos que llegan al municipio atraidos por una tradicion y celebracion tan singular como es la de Chinchilla. 

El diputado de Cultura, ha reiterado la importancia de esta celebracion como «el fiel reflejo del compromiso con el legado cultural de la ciudad de Chinchilla y un recurso de vital importancia para la provincia por tratarse de una tradición singular que solamente puede disfrutarse aquí”. Además, remarca el valor y la importancia de defender y orotgar a las generaciones más jóvenes los valores esenciales de esta tradición.

A su vez, se ha mostrado tanto apoyo desde la Diputación, que la tradicion ha sido declarada como Fiesta de Interés Tuístico Regional, un distintivo que actualmente esta tramitando el gobierno de Castilla-La-Mancha.

Como muchos ya saben, y como ha rememorado el alcalde, Francisco Morote, los Miercoles de Chinchilla son una antiquisima tradición perdida que se remonta a los años cuarenta y cincuenta, pero que ahora vive una gran momento de auge debido a la implicación de los que durante ese tiempo fueron jóvenes, y que ahora son la fuerza motora de su desarrollo. 

Finalmente, la tradición ha terminado como todos los años, con la quema de la sardina, y ha sido el alcalde Morote quien ha invitado este año a la ciudadanía a acercarse también a esta celebración en la que han disfrutado de vino de la tierra como acompañamiento de los pequeños bocadillos de sardinas.